Si en este momento estás sufriendo una ruptura, una decepción amorosa, una infidelidad o cualquier problema que te esté afectando te aconsejo que dejes de contar tus problemas, puedes pensar que necesitas desahogarte y pedir ayuda a otras personas, pero no es así.
En este artículo hablaremos de cinco razones por las cuales no debes contar tus problemas a otras personas.
1. A nadie le importas.
Si, lamentablemente son muy pocas personas en el mundo a las que realmente le importas, quizás tus padres sean las únicas personas que de verdad le importas. Tus amigos no son muchos, puedes conocer cientos de personas pero tus verdaderos amigos a los que realmente le importes no pasan de uno o dos.
A tus conocidos, compañeros de trabajo, primos, tios o vecinos, no le importan tus problemas y si te oyen lo hacen por respeto, porque todas las personas tienen suficientes problemas propios para andar preocupándose por los ajenos y si te dan un consejo lo hacen por obligación; en resumen no sacas absolutamente nada de esto.
2. Más de una vez hace daño.
Si quieres desahogarte, debes hacerlo, porque tener eso atragantado en tu pecho y sin poder sacarlo es muy doloroso, contar a alguien tu problema o lo que te hicieron es sano para tu bienestar emocional; quizás encuentres apoyo o una solución, piensa bien a quien le cuentas tus problemas.
Pero hacerlo más de una vez no está bien, porque si cada rato comienzas a contar tu problema a todas las personas que se cruzan en tu camino, sólo quedarás como un psicópata obsesionado que no sabe más que hablar del tema, al final las personas te huirán porque dirán “Ahí viene otra vez a contar sus problemas…”
3. No le des importancia.
Cada vez que hablas de tus problemas, lo único que haces es reforzar la idea del problema en tu mente. Es como si tuvieras una herida y no dejas que cicatrice porque todo el tiempo le metes el dedo y haces que sangre de nuevo.
Las ideas en la mente funcionan así, cada vez que te acuerdas de ese problema que te trae tanto dolor, esa idea gana poder; cada vez que hablas del problema, esa idea se torna más poderosa… Y de pronto tú eres el único responsable de tu sufrimiento, porque tú mismo eres quien todo el tiempo le da poder a esa idea en tu mente.
4. Culpables.
Es cierto que tu situación tiene un responsable con nombre y apellido, y el sufrimiento que esa persona te puede estar ocasionando en este momento es su culpa, pero el tiempo que dure este dolor depende de ti.
No le eches la culpa por tu problema, el primer paso para superar una situación dolorosa es aceptar la realidad, para poder pensar bien y ver qué debes hacer de aquí en adelante para superarlo; pero si todo el tiempo te quejas de esa persona, le culpas por todo… Lo único que haces es gastar energía en algo que no te ayudará.
No trates de entender por qué te hicieron daño, preocúpate por salir adelante y dejar atrás todo ese sufrimiento, cambia tu actitud de víctima por alguien fuerte que no se rinde con nada.
5. La verdadera ayuda.
La única persona que puede ayudarte de verdad eres tú mismo, olvídate de que alguien pueda solucionar tus problemas, si estás sufriendo por una desilusión amorosa y tomas una terapia, lees un libro o pides un consejo… Nada de esto te solucionará el problema, sólo te dirán “qué hacer”; es ahí donde entras tú, la voluntad y el compromiso que pongas en esta campaña para salir del problema y dejar de sufrir es lo único que te ayudará.
Deja de buscar “ayuda” en otras personas contando tus problemas, puedes buscar apoyo para levantarte y superar el problema, pero es necesario que aceptes que la solución a todo tu dolor la tienes en tus manos o diré en tu propia mente.
Deja ir el problema y ocupa tu mente en cosas que te distraigan y te acerquen a la paz, practica esto todos los días desde que te levantes, quítale poder a la idea en tu mente que te hace sufrir y crea una idea que tenga mayor valor para superar la situación.
Nada es para siempre, ni siquiera los problemas, así que trabaja en ti mismo para dejar de sufrir y no andar quejándote tanto.
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