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Gabriel Arana

El hombre más HDP del Mundo

El día de ayer en la mañana, llegué al banco y saqué mi ticket para hacer una transacción en caja, tenía el ticket F-156 y recién iba por el F-072, me senté en la parte de atrás de la fila de asientos junto a un señor. A continuación vino la charla más rara y sorprendente de toda mi vida, trataré de resumir esta conversación que duró aproximadamente unos cuarenta minutos.

Dos filas delante de nosotros había una mujer joven con un cuerpo increíble, tan voluptuoso que desde atrás se podía ver sus curvas, entonces el hombre que se encontraba a mi lado me dijo:

- Esa morena está como para hacer unos cuantos hijos…

- Pues sí – Respondí riéndome del comentario.

Este fue el inicio de nuestra peculiar conversación, aunque no recuerdo con exactitud la charla, trataré de repetir las frases que más me impresionaron.

- Yo no puedo controlarme con las mujeres, tengo seis hijos con cuatro mujeres distintas y esta es la que tengo ahorita – Me dijo mientras me mostraba en su celular una foto de una mujer muy joven que no pasaba de los veinticinco años.

Seguimos conversando y me contó que es español, que viaja por toda latinoamérica y que su actual mujer lo cela mucho cuando viaja.

- Entonces le dije “Mujer, no te preocupes que siempre uso chulo” – Me dijo riéndose, explicando que era un hombre muy cuidadoso para no enfermar a su pareja.

Lo cual me pareció muy bien y al mismo tiempo un verdadero hijo de puta de decirle a su mujer que cuando tiene sexo con otras mujeres, usa preservativo.

Después siguió mostrándome fotos de otras mujeres que había conocido en sus viajes, y que también tenía una novia en Honduras.

- Mira esta morocha, es lo más rico del mundo, ella sabe que yo tengo esposa pero quiere casarse conmigo para que la lleve a España, siempre que voy por allá le dejo unos pesos y listo – me explicaba mientras se reía – A la de aquí sólo de doy cien dólares cada quince días, porque ella trabaja y en realidad no debería darle nada, pero se los doy porque soy muy bueno.

Seguimos hablando de que existen muchas mujeres interesadas y que por la economía la prostitución había crecido, entonces me contó que siempre que va a Venezuela conoce mujeres hermosas, y cuando las invita a salir o a cenar les dice:

- Mira mujer, voy a gastar un buen dinero en llevarte a cenar, tomar unas bebidas y después quizás te vayas conmigo, si piensas pedirme dinero después… ahora es el momento, así nos evitamos de ir a cenar y no tengo que gastar más de lo debido.

¡Qué tipo inteligente! Les advertía que no pensaba gastar nada en ellas y que le digan la tarifa de una vez para no gastar dinero demás.

En media charla se nos acercó el guardia del banco y nos dijo “por favor podrían bajar el volumen a su charla, que hay mujeres en el banco”.

Y tenía toda la razón, esta charla tan informativa me tenía muy entretenido y no me había dado cuenta, así que tuvimos que hablar más despacio.

Luego me contó que había estado viviendo en Brasil unas semanas, que no entendía muy bien el idioma y que la comida le parecía carísima, pero que había encontrado un sistema para economizar.

- Cuando voy a un restaurant, la mayoría son self service (bufet), y como son por peso, lo que hago es agarrar dos bandejas de plástico para llevar la comida, en una pongo la carne y le agrego mucha ensalada encima, cosa que cuando la pesan sólo me cobran como ensalada y en otra bandeja pongo un pequeño trozo de carne para disimular, al final siempre me llevo más de un kilo de comida por muy poco dinero, la cual me sirve para el almuerzo y para la cena.

Me volvió a sorprender… ¡Qué tipo inteligente! Era un genio para estafar al restaurant y ahorrar dinero en su alimentación diaria.

Luego volvimos al tema de su esposa actual, porque tocamos el tema de las mujeres celosas.

- Mi mujer me reclama mucho, pero ella me conoció así y debe aguantarse, además a mí no me importa que otro tipo se la monte, total yo estoy con otras mujeres, mientras no lo vea no me interesa – me contaba muy sonriente - ¿O qué piensas tú?

Tuve que darle la razón en todo, pues yo hable muy poco en esta conversación, al final nunca supe que se llamaba porque este sujeto tan especial nunca se presentó ni me preguntó mi nombre, fue una conversación tan espontánea que parecía que nos conociéramos de toda la vida o más bien parecía que le estaba dando una sesión de terapia y me estaba contando su vida.

Era un tipo que no pasaba de los cincuenta y cinco años, bien parecido, hablaba muy bien (me imagino que porque ha viajado por toda latinoamérica), nunca comentó a que se dedicaba, pero puedo asegurar que es el hijo de puta machista más grande que he conocido en toda mi vida. En tan sólo media hora me contó que es un desastre de hombre, que tiene hijos regados por todas partes, que es infiel, que humilla a su mujer con sus comentarios y por si fuera poco es un miserable que le da poco dinero, al mismo tiempo trata de gastar lo menos posible con prostitutas y estafa a los restaurantes para pagar menos, lo único que faltó que me contara era que golpeaba a las mujeres.

La charla terminó en el momento que la pantalla mostró su número de ticket, se levantó, me dio la mano y se fue a la caja que le tocaba.

Definitivamente este hombre era un hijo de puta, pero no era una mala persona, en el tiempo que estuve a su lado ni siquiera me sentí molesto de lo que decía, porque era una persona que transmitía buena onda, ser reía de todo y sus comentarios eran algo muy normales para él, en un momento se levantó y fue a servirse un vaso de agua y sin que le hubiera pedido me trajo otro; puedo resumir que este hombre es el resultado de una cultura machista, existen millones como él, no son malas personas, lo que pasa es que su realidad está distorsionada, lo que para él es algo muy normal, para otros es algo monstruoso.

Quedé todo el día impresionado y hoy decidí escribir esta pequeña anécdota para que usted entienda que el mundo está lleno de personas así, y no son malas aunque con su forma de actuar lastiman a los demás; son personas que lamentablemente fueron influenciados por muchos factores, pueden ser los padres, los grupos sociales o la cultura en sí, pero nada de lo que hacen o dicen es con una mala intención.

Lo único que puedo decirle es que si algún día conoce alguien así, huya, corra, escape de esta persona, no se le vaya a pasar por la mente querer “cambiarle” o “ayudarle” porque sería una verdadera pérdida de tiempo y sólo le traerá dolor a su vida. Y si por mala suerte ya ha conocido alguien así, me entenderá de lo que estoy hablando.

Este tipo de personas han sido criadas así y nunca se darán cuenta del daño que hacen a otros seres humanos, espero esta historia le sirva como un aviso y para terminar le dejo este pensamiento que siempre le ayudará a evitar personas como este hombre.

“No se trata de quién te hace daño, se trata de que tú no dejes que te hagan daño”.

 


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